Cali, 22 de septiembre de 2021

Un saludo cordial para todas las personas que lean este texto. Espero que estén bien y que gocen de abundancia de bienes materiales y espirituales.

Yo me llamo Álvaro González y, soy junto a Luis y Jimena Otero, servidor en el equipo nacional del Encuentro Matrimonial de Colombia.

Hace 26 años viví el fin de semana el fin de semana del Encuentro Matrimonial.

Para mi (yo soy sacerdote) vivir el fin de semana fue una bendición muy grande porque me permitió descubrir aspectos de mi vida ministerial que no entendí durante los años de mi formación en el Seminario.

Mi pertenencia al Encuentro Matrimonial ha sido una bendición muy grande porque me ha permitido descubrir tres cosas:

La primera es que como sacerdote tengo que tener una relación de mucha cercanía con Cristo y con los fieles de la Iglesia. Eso me invita a vivir un ministerio existencial (no funcional) donde no solo tengo que cumplir con mis funciones de párroco sino (fundamentalmente) dar la vida por los fieles de la Iglesia. He aprendido que como sacerdote mi trabajo principal es estar con Jesús (profundizar mi experiencia de fe) y amar a la gente (a los fieles de la Iglesia).

La segunda es haber descubierto que como sacerdote tengo que tener una comunicación asertiva con los fieles de la Parroquia. He aprendido que de la misma manera que un esposo tiene que comunicarse con su esposa de manera clara, un sacerdote, también tiene que comunicarse de manera adecuada con los fieles de la parroquia. Eso significa qué hay que manifestar los sentimientos de tristeza, dolor, alegría, gozo, júbilo, desilusión, etc. que experimento como a fin de que mi corazón este san (libre de resentimientos).

La tercera, es tener amigos de verdad. En Encuentro Matrimonial he encontrado una familia espiritual que me acompaña, apoya, ayuda, ora por mis intenciones. Es una bendición tener parejas de esposos amigos que me entiende en mis dificultades y me animan a vivir un ministerio cada vez más consagrado al Señor Jesús. Para mí ha sido una bendición sentir que no camino solo en la vida porque hay parejas de esposos que me acompañan en mí caminar.

Yo invito a los esposos (y también a los sacerdotes y religiosas) a vivir el fin de semana del Encuentro Matrimonial. Si a un sacerdote (vivir el fin de semana) le ayuda a mejorar la calidad de su vida pastoral, a una pareja de cónyuges, la participación en el Encuentro (y la perseverancia en los medios que propone el movimiento) le ayuda a mejorar la calidad de su vida matrimonial. Muchas veces he escuchado a los esposos decir que su relación tuvo un antes y un después. El punto de quiebre fue vivir el fin de semana.

Que Dios les bendiga y junto con Luís y Jimena Otero (los otros dos compañeros del equipo nacional del Encuentro Matrimonial) les deseo la gracia de Dios.

Padre Álvaro González Carrasquilla.
Encuentro Matrimonial Mundial Cali.